Cuando fundo mi ciudad, corrijo la arena. Después corrijo la ciudad. Y de corrección en corrección marcho hacia Dios.
(Antoine de Saint Exupery)

jueves, 19 de agosto de 2021

Borrón y cuenta ¿nueva?

 

No son menos las veces

que me pregunto por qué la vida

nos separa una y otra vez

para luego juntarnos

desde las antípodas

y sacudirnos en ese mar

de fervor y urgencia

ante nuestros ojos

de miradas distintas,

que, de opuestas,

jamás se encuentran.

 

¿Qué si todavía pienso?

¿Qué si siento?

No. Lo siento.

 

Irreconciliable amargura

nos resume, desune y reúne

en el muro que tu corazón y el mío

levantaron una noche

apresurada y precaria,

y que acabó siendo definitivo.

 

¿Todas las murallas

se asientan en este tipo

de arenal tramposo?

No lo sé.

 

Lo grave, lo importante e ineludible,

es que en ese arenal estamos tú y yo,

aunque no nos queremos,

ni nos odiamos.

Tampoco nos ignoramos.

A veces, lloramos,

a escondidas uno del otro,

sabedores de que el otro sabe

que sabemos.

 

Y esta experiencia,

que no es nueva,

asoma y se renueva,

nos domestica a su antojo

hasta que nos rebelamos

y te digo y me dices:

¡Ya te he olvidado!

 

¿Qué si te he querido?

¡Claro que te he querido!

¿Qué si todavía te quiero?

Sí que te quiero.

Aunque no quieras.

 

Porque aún nos interroga

aquel amor que,

obstinado y divertido,

se instaló entre nosotros.


Igual da.

Si no nos amábamos.

 

¿Qué donde se ha ido el amor?

Si yo supiera, iría en un coche

descapotable a buscarlo,

vestida de fiesta

lo llevaría de paseo a la plaza,

evitaría que diera vueltas

en el carrusel de las mentiras,

le compraría una casa en el árbol

y aprovecharía para robarle

aquella herida que guarda,

celoso,

el bolsillo roto del corazón.

 

Le entregaría a cambio

una guirnalda de rosas,

una pulsera de plata

y un sueño escrito en la página

de un cielo amanecido.

 

Que no permitirás.

 

Sólo que no puedo dejarte

vagar a tu antojo

por mis ojos y mi alma,

nada más porque eres

tú quien me mira, y yo,

quien ama tu mirada

mientras nos sorprende

la noche de los tiempos.


8 comentarios:

  1. Que hermoso sería romper con todos los muros.

    Un abrazo.

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    1. Hola, Alfred.

      "Que hermoso sería romper con todos los muros". ¡Muy cierto!, y sería realmente maravilloso. Aunque toda muralla cae, antes o después, creo yo.

      Gracias Alfred.
      Un beso.

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  2. Hola, Mónica

    Es difícil romper con lo que un día fue todo para ti, es difícil olvidar, dejar atrás, hay que ser muy valiente para poder hacerlo o muy adulto.
    Me ha parecido hermoso describir ese sentimiento en poesía, y en esta lo has conseguido.

    Un abrazo

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    1. Hola, Jesús.

      Gracias por tus palabras. Ya lo creo, el mundo de los sentimientos es hermoso y a la vez intenso.

      Un beso.

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  3. Hola Monica...Uyyyy que decirte!Me senti bastante identificada con tu escrito..Creo que a veces tratamos de buscar explicaciones racionales al amor y es imposible...el sentimiento está, va, viene, es presente, es pasado, del futuro no sabemos nada...lo unico cierto es que nos sigue rondando, a uno y al otro.. Me encanto todo el poema..pero me quede con estos versos en el bolsillo"Sólo que no puedo dejarte

    vagar a tu antojo

    por mis ojos y mi alma,

    nada más porque eres

    tú quien me mira, y yo,

    quien ama tu mirada.." qué bonito!!!!
    Besos y feliz semana!!!!

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    1. Hola, Eli.

      Gracias por tu visita y tus palabras. Me dejas un comentario filosóficamente certero que suscribo. Así es el amor, un niño caprichoso.

      Un besote.

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  4. Sí la persona merece la pena, volverás a encontrarla. Un beso enorme. Feliz lunes.

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  5. Hola Rocío. Gracias por pasarte por acá. Un beso.

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