Al principio fue un soplo …
Un presagio de ofensa
mortal
oscurece el límite
del día
contra la muralla vegetal.
Recargado de fétido aliento
el aire oprime el
silencio
inflamado de
punición.
Ejércitos de delfines
yacen sobre la arena,
del disco solar,
formidable carcelera.
De granizo las flechas
rasgan cordilleras,
bajo la lluvia
mineral
agonizan selva y
desierto,
Una malévola
purpurina
saquea constelaciones
y en flagelo de sangre
colapsan los océanos.
Bajo ígnea cerrazón,
convulsionada y herida,
incapaz es la tierra
de retener
la gravedad.
Hacia los imanes de los polos
huye la rosa de los vientos
abandonando los vigías cardinales
a la suerte inapelable
de los infiernos.
Ante la anulación
de las pautas
naturales,
avasallados por
ciclópeo brío,
enloquecen espacio
y materia.
El tiempo es sólo una quimera
del primer instante de los mundos,
desaparecen territorios y mares.
Se avecina el fin.
De la convexidad nocturna
infinitud de
oquedades
ocupan el lugar de las estrellas
reformuladas en
cruces mudas
bajo la bóveda
desposeída,
purgatoria y fatal.
Desidia, encono y
soberbia
sufren la venganza de
la lava,
sonriente de Dioniso
la barba
les tiende la mano
traidora
embriagada de sangre
y dolor.
Mientras,
en un punto olvidado
del cosmos,
al paso de la milicia
celestial
se arremolinan vientos
de misericordia y contrición.
Al principio,
fue un soplo.
Desde luego- yo lo interpreto así-, el panorama de la supervivencia de la naturaleza en la Tierra, está muy pero que muy complicado.
ResponderEliminarAL PRINCIPIO FUE UN SOPLO, y los humanos nunca lo hemos entendido.
Me ha gustado mucho tu poema/protesta.
Un abrazo.
Hola, Berta.
ResponderEliminar¡Bienvenida a mi blog!
"AL PRINCIPIO FUE UN SOPLO, y los humanos nunca lo hemos entendido"... Es tal cual.
Gracias por comentar.
Otro abrazo.
¡Uau! Un poema soberbio... Cada verso desfila aplastante, devastador, demoledor; y con una creatividad metafórica que llena de asombro.
ResponderEliminarMi interpretación (personal) es el fin de los mundos, como un presagio o visión del apocalipsis.
"Bajo tensa y candente niebla
de ígnea cerrazón el acero
se interpone entre el firmamento
y la tierra que,
convulsionada y herida,
es incapaz de retener la gravedad".
Maravillada de nuevo, te dejo mi abrazo cordial :)
Hola, Volarela.
ResponderEliminarTal cual. Cuando lo escribí -que fue hace años- lo hice inspirada en que, tal como iban las cosas en el planeta, se podría avecinar una especie de purificación. A la vez, es es el resultado de un foro literario de poesía.
Gracias por pasarte y comentar.
Un beso.
Sí que transmite una sensación de inminencia. Un beso enorme.
ResponderEliminarDe nosotros depende la urgencia del momento. Un beso, Rocío.
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